jueves, 12 de noviembre de 2015

LA BIODIVERSIDAD

La biodiversidad o diversidad biológica

 es, según el Convenio Internacional sobre la Diversidad Biológica, el término por el que se hace referencia a la amplia variedad de seres vivos sobre la Tierra y los patrones naturales que la conforman, resultado de miles de millones de años de evolución según procesos naturales y también de la influencia creciente de las actividades del ser humano. La biodiversidad comprende igualmente la variedad de ecosistemas y las diferencias genéticas dentro de cada especie que permiten la combinación de múltiples formas de vida, y cuyas mutuas interacciones con el resto del entorno fundamentan el sustento de la vida sobre el planeta.


Resultado de imagen para biodiversidad wikipediaLa Cumbre de la Tierra celebrada por Naciones Unidas en Río de Janeiro en 1992 reconoció la necesidad mundial de conciliar la preservación futura de la biodiversidad con el progreso humano según criterios de sostenibilidad o sustentabilidad promulgados en elConvenio internacional sobre la Diversidad Biológica

 que fue aprobado en Nairobi el 22 de mayo de 1992, fecha posteriormente declarada por la Asamblea General de la ONU como Día Internacional de la Biodiversidad. Con esta misma intención, el año 2010 fue declarado Año Internacional de la Diversidad Biológica por la 61.ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2006, coincidiendo con la fecha del Objetivo Biodiversidad 2010.2

Es indudable que la agricultura moderna se basa fundamentalmente en la artificialización y, por tanto, altera las estructuras del ecosistema y su funcionamiento. Toda práctica tiene un riesgo y un costo ecológico que la teoría y la práctica económica, basada en los valores de mercado de corto plazo, ha sido incapaz de tomar en cuenta.
Uno de los aspectos más importantes de la artificialización es la especialización productiva, es decir, la reducción de la diversidad natural para concentrarse en pocas variedades y eventualmente en el monocultivo. La diversidad del ecosistema tiene enorme importancia, pues es uno de los factores fundamentales para su estabilidad y que incide en la homeostasis y resiliencia del sistema natural, que le permite recibir impactos desde el exterior, mantenerse en todo sistema y autorreproducirse. La especialización y la homogeneización de cultivos elimina especies. Ello tiende a alterar la estructura de los suelos, modifica los flujos de nutrientes y de energía y los ciclos biogeológicos.
Por otra parte, las prácticas de cosecha indiscriminada y de cosecha selectiva tienden también a reducir la diversidad del ecosistema, lo cual resulta, finalmente, en la destrucción de sus mecanismos de funcionamiento y su desorganización.
La disminución de diversidad es un fenómeno que se da desde los primeros tiempos de la civilización humana. Sin embargo, se ha acentuado en los últimos cien años. La reserva de especies biológicas es de unos 10 millones, de los cuales cerca de 8.5 millones han sido identificadas. De las más de 240 000 especies de plantas conocidas, sólo 150 han sido domesticadas por el hombre, y sólo 30 de ellas proporcionan 85% del peso de los alimentos consumidos por los seres humanos y 95% de sus calorías y proteínas. A su vez ocho especies (trigo, arroz, maíz, cebada, avena, sorgo, mijo y centeno) proporcionan las tres cuartas partes del total de proteínas alimenticias y energía consumidas por el hombre, y tres: trigo, maíz y arroz, proveen 50% de la energía humana. En relación con los recursos ganaderos se da un fenómeno similar.
Los patrones imperantes en el comercio internacional promueven la homogeneización de cultivos y monocultivos y refuerzan las prácticas descritas de mecanización, fertilización, riego, etc., que al alterar el sistema natural ponen en peligro la diversidad biológica.
La pérdida de diversidad no sólo tiene efectos sobre la estructura y el funcionamiento del ecosistema, sino que además aumenta los riesgos ya que mientras más homogéneo es un sistema, mayor es su vulnerabilidad a plagas, enfermedades, fluctuaciones y azares del clima. El desastre de 1840. En los cultivos de papa de Irlanda es un ejemplo clásico, al cual se pueden agregar hechos más recientes como los citados en el apartado anterior sobre el tema del control de plagas.Es indudable que la agricultura moderna se basa fundamentalmente en la artificialización y, por tanto, altera las estructuras del ecosistema y su funcionamiento. Toda práctica tiene un riesgo y un costo ecológico que la teoría y la práctica económica, basada en los valores de mercado de corto plazo, ha sido incapaz de tomar en cuenta.
Resultado de imagen para biodiversidad de guerreroUno de los aspectos más importantes de la artificialización es la especialización productiva, es decir, la reducción de la diversidad natural para concentrarse en pocas variedades y eventualmente en el monocultivo. La diversidad del ecosistema tiene enorme importancia, pues es uno de los factores fundamentales para su estabilidad y que incide en la homeostasis y resiliencia del sistema natural, que le permite recibir impactos desde el exterior, mantenerse en todo sistema y autorreproducirse. La especialización y la homogeneización de cultivos elimina especies. Ello tiende a alterar la estructura de los suelos, modifica los flujos de nutrientes y de energía y los ciclos biogeológicos.
Por otra parte, las prácticas de cosecha indiscriminada y de cosecha selectiva tienden también a reducir la diversidad del ecosistema, lo cual resulta, finalmente, en la destrucción de sus mecanismos de funcionamiento y su desorganización.
La disminución de diversidad es un fenómeno que se da desde los primeros tiempos de la civilización humana. Sin embargo, se ha acentuado en los últimos cien años. La reserva de especies biológicas es de unos 10 millones, de los cuales cerca de 8.5 millones han sido identificadas. De las más de 240 000 especies de plantas conocidas, sólo 150 han sido domesticadas por el hombre, y sólo 30 de ellas proporcionan 85% del peso de los alimentos consumidos por los seres humanos y 95% de sus calorías y proteínas. A su vez ocho especies (trigo, arroz, maíz, cebada, avena, sorgo, mijo y centeno) proporcionan las tres cuartas partes del total de proteínas alimenticias y energía consumidas por el hombre, y tres: trigo, maíz y arroz, proveen 50% de la energía humana. En relación con los recursos ganaderos se da un fenómeno similar.
Resultado de imagen para biodiversidad de guerreroLos patrones imperantes en el comercio internacional promueven la homogeneización de cultivos y monocultivos y refuerzan las prácticas descritas de mecanización, fertilización, riego, etc., que al alterar el sistema natural ponen en peligro la diversidad biológica.
La pérdida de diversidad no sólo tiene efectos sobre la estructura y el funcionamiento del ecosistema, sino que además aumenta los riesgos ya que mientras más homogéneo es un sistema, mayor es su vulnerabilidad a plagas, enfermedades, fluctuaciones y azares del clima. El desastre de 1840. En los cultivos de papa de Irlanda es un ejemplo clásico, al cual se pueden agregar hechos más recientes como los citados en el apartado anterior sobre el tema del control de plagas.Es indudable que la agricultura moderna se basa fundamentalmente en la artificialización y, por tanto, altera las estructuras del ecosistema y su funcionamiento. Toda práctica tiene un riesgo y un costo ecológico que la teoría y la práctica económica, basada en los valores de mercado de corto plazo, ha sido incapaz de tomar en cuenta.
Resultado de imagen para biodiversidad de guerreroUno de los aspectos más importantes de la artificialización es la especialización productiva, es decir, la reducción de la diversidad natural para concentrarse en pocas variedades y eventualmente en el monocultivo. La diversidad del ecosistema tiene enorme importancia, pues es uno de los factores fundamentales para su estabilidad y que incide en la homeostasis y resiliencia del sistema natural, que le permite recibir impactos desde el exterior, mantenerse en todo sistema y autorreproducirse. La especialización y la homogeneización de cultivos elimina especies. Ello tiende a alterar la estructura de los suelos, modifica los flujos de nutrientes y de energía y los ciclos biogeológicos.
Por otra parte, las prácticas de cosecha indiscriminada y de cosecha selectiva tienden también a reducir la diversidad del ecosistema, lo cual resulta, finalmente, en la destrucción de sus mecanismos de funcionamiento y su desorganización.
La disminución de diversidad es un fenómeno que se da desde los primeros tiempos de la civilización humana. Sin embargo, se ha acentuado en los últimos cien años. La reserva de especies biológicas es de unos 10 millones, de los cuales cerca de 8.5 millones han sido identificadas. De las más de 240 000 especies de plantas conocidas, sólo 150 han sido domesticadas por el hombre, y sólo 30 de ellas proporcionan 85% del peso de los alimentos consumidos por los seres humanos y 95% de sus calorías y proteínas. A su vez ocho especies (trigo, arroz, maíz, cebada, avena, sorgo, mijo y centeno) proporcionan las tres cuartas partes del total de proteínas alimenticias y energía consumidas por el hombre, y tres: trigo, maíz y arroz, proveen 50% de la energía humana. En relación con los recursos ganaderos se da un fenómeno similar.
Resultado de imagen para biodiversidad wikipediaLos patrones imperantes en el comercio internacional promueven la homogeneización de cultivos y monocultivos y refuerzan las prácticas descritas de mecanización, fertilización, riego, etc., que al alterar el sistema natural ponen en peligro la diversidad biológica.
La pérdida de diversidad no sólo tiene efectos sobre la estructura y el funcionamiento del ecosistema, sino que además aumenta los riesgos ya que mientras más homogéneo es un sistema, mayor es su vulnerabilidad a plagas, enfermedades, fluctuaciones y azares del clima. El desastre de 1840. En los cultivos de papa de Irlanda es un ejemplo clásico, al cual se pueden agregar hechos más recientes como los citados en el apartado anterior sobre el tema del control de plagas.Es indudable que la agricultura moderna se basa fundamentalmente en la artificialización y, por tanto, altera las estructuras del ecosistema y su funcionamiento. Toda práctica tiene un riesgo y un costo ecológico que la teoría y la práctica económica, basada en los valores de mercado de corto plazo, ha sido incapaz de tomar en cuenta.
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Uno de los aspectos más importantes de la artificialización es la especialización productiva, es decir, la reducción de la diversidad natural para concentrarse en pocas variedades y eventualmente en el monocultivo. La diversidad del ecosistema tiene enorme importancia, pues es uno de los factores fundamentales para su estabilidad y que incide en la homeostasis y resiliencia del sistema natural, que le permite recibir impactos desde el exterior, mantenerse en todo sistema y autorreproducirse. La especialización y la homogeneización de cultivos elimina especies. Ello tiende a alterar la estructura de los suelos, modifica los flujos de nutrientes y de energía y los ciclos biogeológicos.
Por otra parte, las prácticas de cosecha indiscriminada y de cosecha selectiva tienden también a reducir la diversidad del ecosistema, lo cual resulta, finalmente, en la destrucción de sus mecanismos de funcionamiento y su desorganización.
Resultado de imagen para biodiversidad de guerreroLa disminución de diversidad es un fenómeno que se da desde los primeros tiempos de la civilización humana. Sin embargo, se ha acentuado en los últimos cien años. La reserva de especies biológicas es de unos 10 millones, de los cuales cerca de 8.5 millones han sido identificadas. De las más de 240 000 especies de plantas conocidas, sólo 150 han sido domesticadas por el hombre, y sólo 30 de ellas proporcionan 85% del peso de los alimentos consumidos por los seres humanos y 95% de sus calorías y proteínas. A su vez ocho especies (trigo, arroz, maíz, cebada, avena, sorgo, mijo y centeno) proporcionan las tres cuartas partes del total de proteínas alimenticias y energía consumidas por el hombre, y tres: trigo, maíz y arroz, proveen 50% de la energía humana. En relación con los recursos ganaderos se da un fenómeno similar.
Los patrones imperantes en el comercio internacional promueven la homogeneización de cultivos y monocultivos y refuerzan las prácticas descritas de mecanización, fertilización, riego, etc., que al alterar el sistema natural ponen en peligro la diversidad biológica.
La pérdida de diversidad no sólo tiene efectos sobre la estructura y el funcionamiento del ecosistema, sino que además aumenta los riesgos ya que mientras más homogéneo es un sistema, mayor es su vulnerabilidad a plagas, enfermedades, fluctuaciones y azares del clima. El desastre de 1840. En los cultivos de papa de Irlanda es un ejemplo clásico, al cual se pueden agregar hechos más recientes como los citados en el apartado anterior sobre el tema del control de plagas.



















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